lunes, 13 de diciembre de 2010

CUENTOS PARA PENSAR (2)

SIN LUGAR A DONDE ENTRENAR

El Sifu colgó un balón en la esquina del gimnasio para que los alumnos pudieran practicar sus reflejos con un blanco móvil. Un alumno danzó alrededor y esquivándolo de varias maneras lo evitó con frecuencia. Sin embargo, no pudo evitar chocar y rebotar contra las paredes, por lo que murmuró: “Éste sitio es demasiado pequeño. Necesitamos un lugar más grande donde entrenar”.

Tras escuchar su queja y al día siguiente, el Sifu colgó en la otra esquina del gimnasio un saco de golpeo, de modo que sus alumnos pudieran practicar golpes a un blanco fijo. Otro alumno corrió y pateó el saco saltando en círculos para que por su peso girase desde su gancho. “Necesito más espacio para tomar mas impulso, pues es muy difícil moverle”.

Al día siguiente, el Sifu colgó otro saco en la esquina de enfrente. “Éste lugar ha resultado ser muy caluroso, con todos éstos trotes y rebotes. Nos encontramos demasiado cerca unos de otros y necesitamos más espacio”, se quejó un alumno.

Después del fin de semana los alumnos regresaron al gimnasio y se encontraron con sorpresa que había una nevera llena de botellas de agua mineral y zumos. Aunque tuvieron que abrir la puerta con cuidado cuando alguien corría cerca, la mayoría de los alumnos lograron tomar su bebida fría. Un nuevo alumno se quejó diciendo: “! Cada vez que trato de beber, alguien me golpea el codo y ni siquiera hay sitio para sentarse!”

Durante los días siguientes el gimnasio se llenó de sillas y más sillas, algunas de ellas plegadas contra la pared y otras con cómodos almohadones para poder sentarse. Ahora si, cada uno de los alumnos, pudo sentarse, pero tan solo lograron observar como ocasionalmente unos pocos entrenaban sus técnicas en los sacos. Mientras tanto, un antiguo alumno dijo:”Deseo mas espacio para practicar formas”.

Al día siguiente, el Sifu pidió a todos los alumnos que recogiesen el balón, los sacos, la nevera y las sillas y lo llevaran todo fuera del gimnasio, dejando todo en orden en el pasillo. De repente, el gimnasio resultó estar vacío y lleno de posibilidades. “! Ahora si que hay mucho espacio aquí!”, dijeron felizmente los alumnos. “Nunca me había dado cuenta de éste gran espacio para poder entrenar que por suerte nos a dado el Sifu. Sin duda, aquí podremos practicar cómodamente.”

El Sifu simplemente observó y tranquilamente bebió un trago de agua.

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